Antes de que caiga en el olvido - A mi abuela
A ntes de que se pudran las rosas de su lecho, de que sea tarde y la memoria nuble su rostro y no sea capaz de recordar, dimensionar o recrear. Antes de que los calendarios pasen de página y las frases las articule con creos y ayeres. Antes de que guarde la ropa en bolsas y ordené sus pocas pertenencias. Antes de que me vaya a hacer la cena y vuelva a la incertidumbre del temido presente… Mi abuela al final de su vida no era mujer de mucha palabra. Era muy majica, siempre con su sonrisa, pero tendía a quedarse calladita. Jugábamos de todas las formas que se me ocurriesen: pintábamos, le ponía Villancicos, cantaba, le movía las manos a modo de baile. Le hacía recordar sus orígenes y le engañaba haciéndole creer que tenía 15 o 20 años menos. Le decía que había dado un paseo por toda la residencia y que ella era la más guapa, era un pesado con eso. Le ponía los cascos y le hablaba a través del Traductor de Google, para que se creyese que algo divino le hablaba y le decía cosas bonitas. ...