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Mostrando entradas de mayo, 2022

Radiografía de un día feliz.

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Ocho horas de sueño del tirón. Me levanto. Estoy en casa, solo, y pongo música a todo trapo. La gestión del desayuno me la tomo con un trámite burocrático: “necesario”, pero ostia qué pereza, así que decido cambiar el huevo y las tostadas por la leche y las galletas, para acabar cuanto antes. Seguramente está sonando rumba y tengo la guitarra en la mano haciendo las mismas cosas de siempre: ritmitos, pentatónicas y las típicas canciones. No sé qué hora es, no me suele importar. Estos días me siento con la riqueza del que cuenta con tiempo a su disposición y me muevo por sensaciones corporales: ¿hambre? Preparar comida o pensar dónde comer. ¿Sueño? Dormir un ratito y luego se va viendo. Vale, me he puesto a bailar. Nadie mira, nadie opina y hago cosas un tanto curiosas. Me la estoy gozando mucho. Si fuera famoso y me pillará un paparachi in situ igual saldría en algún periódico que no me dejaría bien parado. Pero ni soy famoso, ni me importa una mierda que me vea el vecino bailando en c...

De Joaquín Sabina aprendí...

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A mi artista favorito, a mi amigo en soledades, al cantante, al mito... De Joaquin Sabina aprendi... Que cuando no quedan “islas para naufragar” hay al menos "cien mentiras" que nos enseñan que "nos sobran los motivos"... que para nada merece la pena vivir cien años si es a base de "pastillas para no soñar" y que la vida sigue, "como siguen las cosas que no tienen mucho sentido" . "Que de sobrás sabes que eres la primera", "Magdalena" "y sin embargo" un rato cada día un "whisky sin soda" me tomaría con las primeras "medias negras" que aparecieran  por la esquina de la "calle Melancolía"... Que no “importa el cómo o el cuándo,  ni si ayer o mañana” si tienes a una rubia platino a la que poder agarrarte bailando el "rocanroll de los idiotas"... y que juntos os den "las diez y las once, las doce y la una, las dos y las tres..." "Que las verdades no tengan c...

Cuándo volverás otra vez? Dedicado a nuestros mayores.

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Hace 5 años Kase O daba un concierto en el que, entre "esto no para" y "basureta" nos recordaba a los asistentes que ya vale de hablar y de quejarse de que el mundo no rula como debería , que eso es cada vez más obvio. Que a ver cuánto llevábamos sin ver a nuestra abuela, que eso era lo importante. Que cambiar/mejorar lo que está en nuestras manos es lo único a lo que nos podemos agarrar. Y así es. Es de las pocas cosas en las que realmente creo. Ir a la residencia de mi abuela y hacerle siempre las mismas bromas; entre mi repertorio: "oye que he subido a ver a todas las yayas y me he dado cuenta de que tú eres la más guapa" y que ella diga "nooo, la más vieja!". Pero nos seguimos riendo de la misma manera y dándonos los mismos besos . Y ella no se acuerda de nada, pero yo disfruto como la primera vez. Qué maja mi yaya. Que ya vale de medirnos por quien pinta más colores en las banderas, que ya vale de colgarse putas banderas y de embellecer ...